Tres miembros de AFSCME de diferentes partes del país describieron cómo lograron convenios colectivos históricos para ellos y sus compañeros de la unión.
En Florida, Joe Simmons, trabajador de residuos sólidos y miembro de la Local 871 (AFSCME Florida), describió la dura batalla que él y sus compañeros sindicales enfrentaron después de los ataques antisindicales del gobernador Ron DeSantis.
“El Gobernador Ron DeSantis aprobó una ley antisindical que nos obliga a mantener la matrícula al 60%, reautorizar a cada unidad de negociación colectiva cada año, y varios más requisitos arbitrarios que tienen un único objetivo: eliminar nuestra unión”, dijo.
Simmons y sus compañeros de AFSCME se movilizaron. Inscribieron y reinscribieron a miembros en el lugar de trabajo, usando conversaciones individuales para retener a miembros existentes e incorporar a nuevos miembros. Ese duro trabajo les ayudó a mantener una tasa de inscripción alta para su unidad, lo cual se tradujo en la mesa de negociación en aumentos salariales importantes, promociones, reembolsos educativos y más.
En el Medio Oeste, Meghan Durham, bibliotecaria en servicios juveniles en la Biblioteca Regional Daniel Boone en Misuri y miembro de la Local 3311 de AFSCME (Concilio 61), describió cómo la falta de una unión causó que las cosas fueran de mal en peor.
“Estaban atacando nuestros beneficios, se nos pagaba mal y nadie escuchaba nuestras preocupaciones sobre la seguridad. Todos sabemos que el respeto se trata de más que el dinero. Se trata de tener una voz. Por ello nos organizamos y exigimos una. No fue fácil, pero después de más de un año de organizarnos, tomar acciones y duras negociaciones, logramos nuestro contrato”, afirmó Durham.
Pero hubo obstáculos en el camino.
La administración de la biblioteca actuó de mala fe durante el proceso. Echó a perder las negociaciones y la junta de la biblioteca rechazó el convenio, “hasta que nos aparecimos en su reunión con nuestros miembros y aliados de la comunidad, exigiendo que lo respetaran”, dijo Durham.
La buena noticia es que los trabajadores bibliotecarios obtuvieron un contrato justo al final. Lograron su principal prioridad —12 semanas de licencia familiar remunerada— y ganaron buenos aumentos salariales a lo largo del periodo del contrato. También mejoraron sus beneficios de la jubilación y recibieron mejorías a sus condiciones laborales.
En la Costa Oeste, Rachel Atkins, miembro de la Local 101 de AFSCME (Concilio 57) y técnica veterinaria en Happy Hollow Zoo en San José, California, enfrentaba una falta de personal enorme: 900 puestos de trabajo vacantes en toda la ciudad.
“Unimos nuestras fuerzas con otras uniones que negociaban con la ciudad y formamos Staff Up San Jose. Cientos de nosotros nos manifestamos. Pusimos anuncios en autobuses y casetas de autobuses para que la comunidad supiera de nuestra lucha. Entregamos una petición con 2,000 firmas al ayuntamiento —medía 75 pies de largo”, recordó Atkins. “Cuando aún no nos escuchaban, votamos para autorizar una huelga, más del 99% votamos a favor”.
La ciudad cedió y aceptó los términos de los trabajadores. Lograron aumentos de dos cifras, mejoras a la licencia familiar remunerada y mejoras para los trabajadores de tiempo parcial.
La lección de esa experiencia, y la que compartieron todos aquellos que lucharon por convenios fuertes, es que debemos mantenernos unidos para lograr grandes victorias para los trabajadores.